Con el avance de la tecnología, aunque tenemos muchos beneficios y acceso a nuevas formas de comunicarnos, nos enfrentamos a una espada de doble filo. A veces olvidamos que las facilidades experimentadas vienen de la mano con desventajas, por ejemplo, el riesgo de que nuestros datos personales lleguen a terceros.
Sin caer en un estado paranoico, somos conscientes de que no es necesario implantarnos chips para saber qué hacemos. No obstante, esta idea de ser vigilado de manera constante es un miedo al que muchos se aferran hasta llevarlo al extremo. La mejor manera de combatir este tipo de ideas, es a través de la información y por eso en esta nota te explicaremos cuál es la probabilidad de que tu jefe esté revisando o no lo que haces en tu computadora de trabajo.
Cómo saber si mi jefe puede ver lo que hago en mi PC
En el caso de que cuentes con algún dispositivo electrónico otorgado por tu lugar de trabajo, es probable que ocasionalmente te preguntes si alguien puede saber a qué páginas entras o qué estás haciendo, así como también qué tan legal es este tipo de prácticas. En general, se puede afirmar que en la actualidad e control de los dispositivos electrónicos en el contexto laboral ha generado bastantes debates y conflictos en varios niveles.
¿Puede acaso la empresa controlar el teléfono móvil, tableta o computadora de un trabajador?
La respuesta es sí. Sí puede, y es común que incluso se bloquee el acceso a ciertas páginas de internet por políticas de la empresa y con el objetivo de que el trabajador se concentre en sus tareas laborales.
No sólo ello, una empresa tiene la libertad de controlar cualquier dispositivo electrónico o informático que haya otorgado al trabajador, porque le pertenece a ella, no al trabajador. Así pues, está en su derecho de vigilar, supervisar y controlar el uso que se le dé a sus dispositivos.
Aunque este punto podría ya asustarte, no te preocupes, porque debe de cumplir determinados requisitos. El control o vigilancia que lleve de sus dispositivos debe limitarse a lo empresarial y laboral, y no puede mezclarse con asuntos personales del trabajador.
