Alfonso Carbajal

¿Qué conocer en la Zona Rosa de la Ciudad de México?

A finales del siglo XIX, la Colonia Americana aportó dos novedades: calles en diagonal, a diferencia de la orientación norte-sur de la ciudad, y residenciales afrancesadas, adornadas con mascarones, guirnaldas, coronas y otras aplicaciones florales, y mansardas para nieve, elemento insólito en una ciudad donde jamás nieva. Con el paso del tiempo se dividió en las colonias Juárez y Cuauhtémoc, separadas por el eje financiero y comercial de la ciudad: Paseo de la Reforma.

Una porción de la colonia Juárez fue nombrada Zona Rosa a mediados de los años 60 del siglo XX. Se atribuye el nombre al escritor Luís Guillermo Piazza, por un artículo que publicó en 1967.

La versión picaresca asegura que el nombre derivó de una broma colectiva entre los intelectuales que dieron en reunirse en los cafés y bares del lugar y que con su presencia atrajeron la prosperidad de todas las formas del comercio, incluida “la más antigua”, y por ello le llamaron Zona Rosa “para no llamarla con un color más encendido”.

En la Zona Rosa el visitante encontrará excelentes opciones de hoteles, artesanías, antigüedades, galerías de arte, joyerías, boutiques, algunos de los mejores restaurantes de la ciudad, cafés, bares, espectáculos, librerías, artículos esotéricos, agencias de viajes, bancos, discotecas, tiendas de música, museos, bibliotecas y las oficinas de muchas empresas de gran renombre.

A partir del ocaso, la Zona Rosa se transmuta. Algunos de los restaurantes de primera clase funcionan hasta muy tarde. Operan varios centros nocturnos, bares y discotecas adecuados para quienes sólo desean mirar un espectáculo o tomar unas copas, y abundan los del tipo mundano, en una escala que va desde la rosa hasta el inframundo.

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