Nueva York.- Desde jeans hasta paracaídas y pelotas de béisbol, muchas cosas requieren algo de costura. Es una industria que se ha ido principalmente al extranjero en las últimas décadas, pero los problemas de la cadena de suministro de la pandemia han hecho que las empresas lo reconsideren.
En DDI, una incubadora de diseño, los estudiantes aprenden los conceptos básicos de la costura.
“Estos muchachos están aprendiendo las técnicas. No está basado en proyectos; se basa en el conocimiento”, dijo Peg Koerselman-Kohl, una de las instructoras de las clases de costura. “Estas son habilidades que hasta la generación anterior a la mía, simplemente dábamos por sentadas”.
Ha estado dando clases aquí desde 2016 y ha pasado más de 40 años de su vida en la industria.
“Ya no se enseña en las escuelas públicas. Las mamás ya no se lo enseñan a sus hijas”, dijo sobre la habilidad de coser.
Sin embargo, es una habilidad que se usa para hacer muchas cosas que usas a diario.
“Todo en el mundo está cosido. La gente no se da cuenta. Todos piensan, oh, es un par de pantalones o una camisa. Yo digo que no, todo. Te sientas en tu coche. Ese asiento está cosido”, dijo Jack Makovsky, vicepresidente ejecutivo de Ralph’s Industrial Sewing.
Makovsky también es presidente de la junta de DDI, la incubadora de diseño donde enseña Koerselman-Kohl.
“Cuando entré en este negocio hace más de 60 años, había una pequeña fábrica de costura en cada ciudad”, dijo. En las últimas décadas, eso ha cambiado.
“Crecí en una América donde hacíamos todo. Donde podíamos hacer de todo, y acabo de ver cómo los trabajos se fueron al exterior”, dijo Makovsky.
En este momento, alrededor del 97% de toda la ropa se importa, según la Asociación Estadounidense de Ropa y Calzado, un grupo comercial de la industria que representa a las empresas de ropa, calzado y productos de costura.
En la década de 1960, menos del 10% estaba subcontratado.
Pero los expertos dicen que la interrupción de la cadena de suministro por la pandemia hizo que muchas empresas reconsideraran y cambiaran.
“En cada paso del camino, tienes algunos contratiempos en la cadena de suministro. Y solo digo, para ser sincero, esto no es algo aislado. Esto no se arreglará este año”, dijo Shawn Grain Carter, profesor de gestión empresarial de la moda en el Instituto de Tecnología de la Moda.
“Creo que lo que tienes son diferentes partes de la cadena de suministro de la moda que dicen escucha, queremos recuperar la producción, pero también queremos asegurarnos de que no sea solo algo que será en esta pandemia. Que haya longevidad en términos del modelo de negocio para configurarlo de manera que podamos pagar un salario justo y competitivo, pero tampoco nos vamos a pegar un tiro en el pie fijando un precio demasiado alto para que los clientes lo compren”.
Una vez que fue un centro textil, dice que la parte sur de los Estados Unidos podría ver una nueva vida. “Hay oportunidades, particularmente en el sur rural, que solía ser el rey de la economía textil”, dijo Shawn Grain Carter.
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Con este despertar de las empresas de moda y otras que requieren costura, Makovsky ve una oportunidad de ayudar a capacitar a las personas aquí en los Estados Unidos para las vacantes laborales.
“Si podemos capacitar a las personas, qué es lo que necesita, por qué lo necesita y cómo lo necesita, y podemos educarlos en esto, eso los ayudará y lo pondrá en marcha”, dijo. El oficio sigue atrayendo a jóvenes, como Kellen Quadhamer.
“Para el camino que estoy tomando, o si quieres convertirte en un joven diseñador, es muy importante que empieces por lo básico y aprendas el oficio. No es para todo el mundo, pero si está buscando involucrarse en la confección de ropa, debe comenzar con lo básico”, dijo Quadhamer.
El interés le da a Koerselman-Kohl la esperanza para la industria de que podríamos ver más producción nacional en el futuro.
“Tenemos este conocimiento, y si no lo transmitimos a la próxima generación, desaparecerá”, dijo.
