Washington DC.- La jueza estadounidense Tanya Chutkan condenó a Robert Scott Palmer a la sentencia más larga para cualquier persona condenada por su papel en la insurrección del 6 de enero en el Capitolio.
Scott Palmer recibió una sentencia de 63 meses que se cumpliría en una prisión federal. Recibió 36 meses adicionales de libertad supervisada y se le ordenó pagar $ 2,000 en restitución. La jueza Chutkan dijo que recomendaría que Palmer fuera alojado en una prisión federal cerca de su casa en Clearwater, pero no podía garantizar que eso suceda.
Palmer se declaró culpable de su papel en el ataque al Capitolio el 6 de enero. El gobierno dijo que Palmer arrojó una tabla de madera a los oficiales, roció el contenido de un extintor de incendios a los oficiales antes de arrojar los extintores. Luego buscó más materiales para agredir a la policía, incluido el lanzamiento de un extintor de incendios por segunda vez.
Según el memorando de sentencia, Palmer finalmente fue rociado con gas pimienta por la policía, pero eso no lo detuvo. El gobierno dijo que Palmer agredió a otro grupo de oficiales con un palo de 4 a 5 pies que arrojó como una lanza a los oficiales. Luego, los agentes le dispararon con una bala no letal que lo alcanzó en el abdomen.
El gobierno dijo que Palmer admitió en entrevistas que su objetivo era subvertir una elección democrática y que esperaba una intervención militar para anular las elecciones y mantener en el poder al entonces presidente Donald Trump.
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El juez criticó las acciones de Palmer el 6 de enero y dijo que los alguaciles estadounidenses, la policía del Capitolio y otros que lucharon para mantener a los insurrectos fuera del Capitolio y lejos de los líderes electos eran «los verdaderos patriotas ese día».
“Los hombres y mujeres que mantuvieron la democracia en funcionamiento ese día y salvaron vidas, merecen el agradecimiento de esta nación”, dijo la jueza Chutkan mientras pronunciaba la sentencia. «No merecían que les arrojaran extintores».
Al pronunciar la sentencia, Chutkan dijo que parte del motivo de su sentencia fue: “Debe quedar claro que tratar de derrocar violentamente al gobierno, tratar de detener la transferencia pacífica del poder y agredir a los agentes del orden en ese esfuerzo va ser recibido con un castigo absolutamente seguro».