Alfonso Carbajal

Descubre cómo se forman los rápidos de aguas blancas en el mundo

El agua de un río se ve blanca cuando su cauce es empinado y hay obstáculos que se interponen al flujo de la corriente, con lo cual el agua se revuelve y forma burbujas.

Estas burbujas reflejan gran parte de la luz que les llega, con lo cual el agua se ve blanca. Con frecuencia, que un río fluya suave o turbulentamente depende de su velocidad, y entre más empinado es el cauce, más rápida es la corriente.

La combinación de un flujo rápido con obstáculos como rocas ocasiona que la corriente se vuelve turbulenta, lo que trae consigo variaciones impredecibles en la velocidad y dirección del agua. Esto da lugar a diversas características: allí donde el agua se dobla sobre sí misma, se generan bolsas llenas de burbujas que proveen mucho menos flotabilidad y se sienten como agujeros.

Objetos que caigan al río, como árboles, pueden actuar como coladores, pues dejan fluir el agua, pero bloquean el paso de otros objetos grandes. Y en aquellas zonas en las que el agua se mueve con rapidez, ésta erosiona las rocas del fondo creando áreas socavadas.

Año con año, los retos de navegar los paisajes cambiantes de los rápidos de aguas blancas -trátese de esquivar rocas, remolinos u ondas de presión- atraen a miles de practicantes de kayak y rafting adictos a la adrenalina.

En Nueva Zelanda se encuentran las Cataratas Huka, son una serie de cascadas y rápidos que caen por una pendiente de unos 11 kilómetros en el río Waikato. Todos los años, llegan miles de turistas para practicar deportes extremos, ya que Nueva Zelanda se caracteriza por tener una de las mejores condiciones para hacer todo tipo de deportes extremos, para muchos, este país debería ser la capital de los deportes adrenalínicos del mundo.

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