Alfonso Carbajal

¿Por qué los felinos son expertos en el arte de cazar?

Los grandes felinos no constituyen un sólo conjunto biológico. Se trata de un término informal que incluye al león, tigre, jaguar, leopardo, puma, chita, guepardo, pantera. Todos son depredadores que se hallan en el extremo de la cadena alimenticia, y cazan grandes mamíferos utilizando su excelente camuflaje para permanecer ocultos y sus poderosos músculos para atrapar y matar a sus presas.

Un antílope corre sobre la punta de sus patas, lo que le permite tener zancadas muy largas e implica que es sumamente veloz. Los felinos no pueden hacer eso porque tienen garras en vez de pezuñas, y necesitan retraerlas para mantenerlas afiladas.

Para atrapar animales con pezuñas, los grandes felinos deben correr flexionando enteramente su columna vertebral para ayudar a alargar su zancada. Sin embargo, es una técnica muy vigorosa y los felinos no pueden correr grandes distancias a toda velocidad.

Ello los obliga a aproximarse de manera sigilosa y a ser contundentes en sus ataques. Mientras que un lobo muerde y se repliega al tiempo que aguarda a que la presa se desangre hasta morir, un puma saltará directamente sobre el lomo de su presa y le triturará la columna de una sola mordida.

El rugido de una gran felino es un sonido que se produce en las paredes de una laringe especialmente larga que vibra mientras el animal exhala, pero no todos los grandes gatos pueden hacerlo. EL puma, guepardo y leopardo de las nieves no rugen, pero emiten otra variedad de sonidos, incluyendo gorjeos, chillidos y gruñidos.

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Todos los grandes felinos son capaces de trepar árboles. Los leopardos son los escaladores más poderosos: un macho adulto, por ejemplo, puede subir una jirafa joven a un árbol hasta la altura de casi 6 metros. Esta habilidad les permite proteger a sus presas de las hienas y otros carroñeros que podrían robárselas.

Es fácil pensar que estos animales magníficos están perfectamente adaptados, pero de hecho, cazar grandes presas es increíblemente difícil y todos los grandes depredadores se hallan perpetuamente al borde del fracaso. Si estuvieran poco menos que brutalmente en forma, serían incapaces de sobrevivir.